El papa Francisco representó ayer su admiración por el boliviano Evo Morales, cuya obra dijo acompañar por vía de la oración, tras la multitudinaria misa que ofició en las playas de Copacabana, en Rio de Janeiro, a los pies del Cristo del Corcovado, confió el Presidente de Bolivia que siguió la liturgia junto a sus pares de Argentina y Brasil, en el tramo final de la visita del jerarca de la Iglesia Católica al gigante sudamericano.
'Te tengo admiración y te acompaño con mis oraciones', le dijo el Sumo Pontífice al Presidente boliviano, durante un breve contacto personal, apenas finalizado el multitudinario oficio religioso, reprodujo Morales entrevistado por la ABI.
El mandatario boliviano y las presidentes Dilma Rousseff
y Cristina Fernández se sumaron a la feligresía de 3 millones de
personas que escuchó al Sumo Pontífice decir la misa dominical más
concurrida de la historia en Brasil, bastión mundial de la Iglesia
Católica.
Morales relievó por afinidad las sentencias pronunciadas por el
tonsurado Jorge Mario Bergoglio, ungido en el trono de la iglesia
vaticana con el nombre de Francisco, quien dijo que para ser cristiano
había que ser revolucionario y que sin miedo había que servir al pueblo
'y ser generoso como era Cristo'.
El mandatario boliviano que en 2011 visitó en Ciudad del Vaticano al
antecesor de Bergoglio, Benedicto XVI, que abdicó en marzo último,
resentido en su salud, remarcó el 'mensaje de paz, hermandad y
solidaridad, con justicia social' que postula Francisco, que conmovió al
continente con su visita a Brasil.
En declaraciones la prensa internacional en Rio de Janeiro, Morales,
en cuya administración de casi 8 años Bolivia homologa la libertad de
cultos, se dijo 'encantado' con la personalidad y, principalmente,
origen del Santo Padre.
'A mí me encanta, como a todos, que (Francisco) sea argentino', sostuvo el gobernante progresista de Bolivia.
Morales, que profesa la religión católica, se había desplazado el
sábado por la noche a Rio de Janeiro, tras una breve estada en la ciudad
boliviana de Cochabamba y poco menos de 2 días en Cuba, donde entre
jueves y viernes últimos acompañó las celebraciones populares por el
aniversario número 60 del asalto al cuartel de Moncada, en el embrión de
la revolución cubana.
El gobernante boliviano se dijo agradecido con Rousseff por
invitarle a presenciar el último oficio litúrgico del papa Francisco en
Brasil, donde presidió el Encuentro Mundial de la Juventud católica y
pareció vigorizar, con nuevo enfoque, la Teología de la Liberación.
'Agradezco a la presidente Dilma por haberme invitado a la
celebración de la última misa del papa Francisco en Brasil', sostuvo el
jefe de Estado boliviano.
El primer Papa latinoamericano paseó primero en papamóvil
descubierto por la avenida que bordea el mar, desde donde saludó a
cientos de miles de jóvenes peregrinos de la Jornada Mundial de la
Juventud (JMJ) que pasaron la noche en la playa, en una gigantesca
vigilia.
La víspera, al inicio de la vigilia, el Papa argentino, de 76 años,
pidió a los jóvenes 'meterse en la vida' y no mirarla pasar desde el
balcón, ser protagonistas del cambio, interesarse por la política y los
problemas sociales y no dejarse ganar por la apatía.
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