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AMPLIARHospital de campo creado por indígenas en Manaos

En medio de una nueva cepa, Brasil llega a los 10 millones infectados

Brasil superó ayer jueves los 10 millones de casos confirmados de coronavirus, ya que una nueva variante descubierta en la Amazonía amenaza con devastar aún más un país donde las inoculaciones se han detenido en muchas ciudades debido a la falta de vacunas.

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Los epidemiólogos advirtieron que la reciente festividad de carnaval podría ver un aumento adicional en las infecciones, inmediatamente después de las celebraciones de Navidad y Año Nuevo que aumentaron los casos.

Una caída en las tasas de infección de septiembre a octubre llevó a algunos a pensar que lo peor había pasado, pero el país ha establecido nuevos récords semanales de nuevos casos y muertes este año.

Hasta el jueves, el Ministerio de Salud había contabilizado un total de 10.030.626 infecciones, incluidos 51.879 casos en las últimas 24 horas.

La pandemia ha matado a 243.457 personas en Brasil, la peor cifra de muertos fuera de Estados Unidos. Los datos del ministerio mostraron 1367 muertes adicionales desde la última actualización del miércoles.

“A pesar del tamaño de este número, probablemente todavía esté muy por debajo de la cifra real debido a la falta de pruebas”, dijo Alexandre Naime Barbosa, director de epidemiología de la Universidad Estatal de Sao Paulo.

El presidente Jair Bolsonaro ha minimizado constantemente la gravedad de la pandemia, instando a los brasileños a volver al trabajo y diciendo que no sería vacunado.

Con la nueva cepa brasileña, que se originó en la ciudad selvática de Manaus, los expertos temen que las cosas puedan empeorar.

La nueva cepa, que se cree que es más contagiosa, ya se ha informado en seis estados brasileños, incluido Río de Janeiro, donde su propagación puede ejercer más presión sobre los servicios de salud que no funcionan.

En Manaos, una ola de infecciones ha sobrecargado los hospitales. En un momento de enero, las salas de cuidados intensivos estaban tan llenas que decenas de pacientes estaban siendo transportados en avión a otros estados, dijeron las autoridades de salud. Los médicos informaron compartir oxígeno entre pacientes, alternando cada 10 minutos.

“Creemos que (la variante) es uno de los factores responsables de la explosión en los casos”, dijo Felipe Naveca, virólogo del instituto Fiocruz Amazonia.

El creciente número de casos es particularmente preocupante debido al lento programa de vacunación de Brasil.

Varias ciudades importantes, incluidas Río de Janeiro y Salvador, han detenido las vacunas después de quedarse sin dosis.

A pesar de haber prometido vacunar a toda la población de alrededor de 210 millones para fin de año, el Ministerio de Salud ha proporcionado a los estados solo 11,8 millones de dosis hasta ahora.

Eso está muy por debajo de las 104,2 millones de dosis necesarias para inmunizar solo a los grupos de mayor riesgo en Brasil, utilizando vacunas que requieren dos inyecciones por persona.

El miércoles, el ministro de Salud, Eduardo Pazuello, prometió poner a disposición otros 11,3 millones de dosis para fin de mes, incluidos 2 millones de dosis de la vacuna AstraZeneca, cuya entrega aún no ha sido confirmada por India, donde se están produciendo.

“Es difícil ver que esta trágica situación mejore para fin de año”, dijo Naime.