AMPLIARCoronavirus

16/02/2020 - China

60 millones en cuarentena

China agudiza la acción contra el coronavirus y determinó que 60 millones de personas de Hubei, la provincia epicentro de la epidemia, no podrán salir de sus casas, (salvo emergencia), ni usar los automóviles privados.

Solo una persona por familia estará autorizada, cada tres días a salir para hacer las compras.

    La nueva medida dramática y sin precedentes para contener la infección maduró a las pocas horas de la afirmación de Pekín que el presidente, Xi Jinping, estaba en conocimiento desde el 7 de enero de la emergencia por el coronavirus, a pesar de una intervención oficial inicial 13 días después, el 20 de enero, cuando el nivel de la epidemia fue clara y su directiva instaba a los Comités del Partido Comunista y a los gobiernos de todos los niveles "a tomar medidas adecuadas para frenar la propagación de la epidemia".

    Dos semanas después, Qiushi ("Buscar la verdad"), la revista más importante del Partido Comunista Chino (PCCh), publicó un discurso de Xi el 3 de febrero, en el que el presidente se presentó inmediatamente en primera línea, luego de "haber dado continúas instrucciones verbales y escritas" desde el comienzo del año y "personalmente" ordenó la cuarentena a 60 millones de personas en Hubei.

    Sorprendentemente, la medida de la "biblia" del partido parece más dictada por la necesidad de responder a las críticas de Xi y los líderes del PCCh por haber subestimado la situación, pero corre el riesgo de avivar la controversia sobre los retrasos de Pekín al informar la gravedad, incluso con la comunidad internacional.

    La Organización Mundial de la Salud (OMS) fue informada por primera vez el 31 de diciembre por China de una "pulmonía de origen desconocido" aparecida en Wuhan, ciudad del brote.

    El pasado 18 de enero, los epidemiólogos del Colegio Imperial de Londres estimaron no menos de 1.700 infecciones, según un modelo estadístico: la base para admitir la crisis.

    "La epidemia de coronavirus reveló la profunda podredumbre de la gobernanza china", dijo recientemente Xu Zhangrun, profesor de derecho en la Universidad de Tsinghua, en un ensayo publicado en línea e inmediatamente prohibió por la censura, que informó el diario New York Times.

    "El nivel de enojo popular es volcánico y la gente enojada podría eventualmente desechar los miedos", agregó Xu que, consciente de ir a nuevos castigos, dijo que "ya no pueden permanecer en silencio".

    Aquello de Xu fue la contestación abierta de un académico a menudo crítico, pero la evidencia de la ira creciente explotó en Internet entre los internautas por la muerte, después de la infección letal, de Lin Wenliang, el héroe médico de 34 años que lanzó sin ser escuchado por primera vez la alarma de un virus similar al Sars, siendo también reprendido por las autoridades antes de la tardía rehabilitación. Su muerte puso en crisis la confianza frente a la Chiina de Xi, en el poder desde 2012 y convertido en el líder más poderoso desde la época de Mao Zedong, como "hexin", el corazón y el núcleo del PCCh, tanto para cancelar los límites del mandato presidencial.

    Xi, sin embargo, había mantenido un perfil cauteloso, designando al primer ministro Li Keqiang como jefe del grupo de trabajo de coordinación de epidemias. Luego, en cambio, la opción de aparecer cada vez más en público, en primera línea.

    El Nikkei reportó informes de quienes recogieron las confidencias del vicepresidente Wang Qishan, mano derecha de Xi y experto en gestión de crisis (Sars en 2003 y cielos azules para los Juegos Olímpicos de Pekín 2008), en oposición a un líder demasiado expuesto.

    Mantenerse distante, según Wang, sirve para evitar acusaciones en caso de fallas.

    Cuando las muertes subieron a 1.670 (Taiwán también tiene su primera víctima a partir de hoy) y los contagios a 70.000, la escalada de la epidemia provocaría más daños a una economía ya estancada: el peor de los escenarios para el presidente. (ANSA).