AMPLIARCaravana de inmigrantes

14/02/2020 - México

Más asilados de Haití, Cuba y Venezuela

Las demandas de asilo de haitianos y cubanos, los extranjeros que más piden cobijo en este país, se dispararon en México entre 2018-19, lo que generó alarma en las autoridades migratorias, que lidian con serias dificultades para contener el éxodo a través de su frontera sur.

    Mientras en 218 hubo sólo 78 haitianos solicitantes de refugio, en 2019 la cifra se elevó a 5.538, en tanto que las de cubanos pasaron de 214 a 8.677 en el mismo periodo, de acuerdo con la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar).

    Según el ministerio de Gobernación (interior), las peticiones de refugio aumentaron casi tres veces el año pasado, encabezadas por ciudadanos de Honduras, El Salvador, Cuba, Venezuela y Haití.

    En total, fueron 70.302 los migrantes de diversos países que vieron en México a "la tierra prometida" para ponerse a salvo del hambre y de la violencia, sobre todo de América Central y El Caribe, mientras que en 2018 fue de apenas 26.631.

    El 10% de los solicitantes fueron de origen venezolano, es decir, unos 7.000, lo que está muy por debajo de las cifras de países como Colombia, que ha recibido a unos 2 millones de personas de Venezuela y Perú, que ha acogido a cerca de un millón.

    El titular de la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar), Andrés Ramírez, señaló que la mayoría de las solicitudes de refugio se recibieron en la delegación de la Comar de la ciudad de Tapachula, en el estado de Chiapas, fronterizo con Guatemala.

    La migración sufrió un incremento brutal a partir de octubre de 2018, cuando al menos una decena de caravanas con miles de migrantes, en su mayoría centroamericanos, comenzaron a irrumpir sobre la frontera sureste de México.

    Un intento por reactivar las caravanas el mes pasado fracaso luego de que la Guardia Nacional (GN) y elementos del Instituto Nacional de Migración (INM) lograron contenerlas por la fuerza.

    La oposición y los defensores de derechos humanos criticaron al gobierno del presidente Andrés López Obrador por "hacerle el trabajo sucio" a su homólogo estadounidense Donald Trump y por instaurar en la práctica una especie de "muro simbólico" en la frontera sur mexicana.

    Al menos han sido desplegados un tercio de integrantes de la GN (unos 26.000) para frenar la avalancha migratoria, lo que ha puesto furiosos a algunos sectores, por cuanto se ha desviado a este cuerpo de seguridad de su función natural de combatir a la delincuencia. López Obrador ha apostado todo su capital político en esta recién creada fuerza de seguridad formada por ex policías federales, marinos y militares para vencer al flagelo del crimen, pero ha tenido que ceder a las fuertes presiones de Trump.

    El jefe de la Casa Blanca amenazó a mitad del año pasado con imponer aranceles a todas las exportaciones mexicanas si su vecino no adoptaba medidas sustanciales para contener el alud de extranjeros.

    Entre estas acciones figura la aceptación de decenas de miles de personas que aguardaban en Estados Unidos la respuesta a sus solicitudes de asilo y ahora lo hacen en México en el marco de una variante del esquema conocido como "tercer país seguro".

    Según denuncias de organizaciones como Médicos Sin Fronteras y Americas Right Watch, los migrantes en México sufren de "estrés postraumático" y se encuentran en una situación de verdadera "crisis humanitaria".

    El informe de Comar reveló que Honduras, El Salvador, Cuba, Venezuela y Haití encabezan la lista de países de donde provienen las personas que presentan solicitudes de asilo en México.

    El número de solicitudes de asilo "refleja un incremento exponencial del fenómeno migratorio", admitió el ministerio de Gobernción.

    Honduras acapara casi el 40% de todas las solicitudes, seguido de El Salvador (13%), Cuba (12%) y Venezuela (11%).

    Ante las fuertes críticas lanzadas por organizaciones no gubernamentales, el gobierno ha agilizado el procedimiento para el registro de solicitudes de los migrantes, con el fin de evitar su deportación, sobre todo en los casos en que su vida corre algún tipo de riesgo.

    Para ello, se firmó un convenio con el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados a fin de capacitar al personal migratorio en este tipo de casos. (ANSA).