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AMPLIAR Catherine Saget, autora del informe

OIT advierte estrés térmico y pérdidas laborales

Un nuevo informe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) alertó sobre el estrés térmico como consecuencia del calentamiento global que repercutirá adversamente en la productividad en todo el mundo para el 2030 equiparándose a la pérdida de 80 millones de puestos de trabajo a tiempo completo.

Detalles.

Los países más pobres se verán particularmente afectados.

De acuerdo a las proyecciones de científicos de un aumento de la temperatura mundial de 1,5 grados centígrados para finales de siglo, se prevé que en 2030 se pierda el 2,2% de las horas de trabajo en todo el mundo, producto del alza de la temperatura, lo que conllevará pérdidas económicas a escala mundial de 2,4 billones de dólares.

El informe advierte que esas son estimaciones conservadoras, al haber considerado que el aumento promedio de la temperatura a escala mundial no rebasará 1,5 grados centígrados. También se ha supuesto la hipótesis de que el trabajo en la agricultura y en la construcción, dos de los sectores más afectados por el estrés térmico, se realice en lugares a la sombra.

"Trabajar en un planeta más caliente: El impacto del estrés térmico en la productividad laboral y el trabajo decente" se basa en datos climáticos, fisiológicos y de empleo, y proporciona estimaciones, tanto actuales como previstas, sobre pérdidas de productividad a escalas local, regional y mundial. El estrés térmico, precisa el organismo, guarda relación con el aumento de calor que puede soportar el cuerpo humano sin padecer degradación fisiológica. Por lo general, esta se produce a temperaturas superiores a 35 grados, en condiciones de elevada humedad.

El exceso de calor en el ámbito laboral constituye un riesgo para la salud en el trabajo, al restringir las funciones y aptitudes físicas de los trabajadores y su capacidad de trabajo, y en consecuencia, disminuir la productividad. En casos extremos puede provocar insolaciones, que podrían llegar a ser mortales. Se prevé que el agrícola sea el rubro más afectado a nivel mundial, sector que cuenta con 940 millones de trabajadores en todo el mundo. Para 2030, calculan que el 60% de las horas de trabajo perdidas en todo el mundo por estrés térmico se localicen en esta área, agregó la misma fuente.

La construcción también se verá gravemente afectada, y proyectan para ese mismo año en 19% las pérdidas de horas de trabajo a escala mundial.

Otros sectores particularmente en riesgo son los de bienes y servicios medioambientales, recogida de basura, emergencias, trabajos de reparación, transporte, turismo y deportes, así como determinadas formas de trabajo industrial. Los efectos son desiguales en todo el mundo. Las regiones en las que más horas de trabajo se perderán son Asia meridional y Africa occidental, con una pérdida de alrededor del 5% de las horas laborales en 2030, es decir, alrededor de 43 millones y 9 millones de empleos respectivamente. Los habitantes de las regiones más pobres serán los que padezcan las mayores pérdidas económicas. Los países de ingresos de nivel medio-bajo o de ingresos bajos se verán afectados de manera más adversa, especialmente por disponer de menos recursos para adaptarse eficazmente al aumento de calor. En consecuencia, se ampliarán las disparidades económicas que se dan en la actualidad, en particular la tasa de trabajadores pobres, el empleo informal y vulnerable, la agricultura de subsistencia y la falta de protección social. El estrés térmico afectará a millones de mujeres, que en su mayoría se desempeñan en la agricultura de subsistencia.

Catherine Saget, directora de la Dependencia del Departamento de Investigación de la OIT y una de las principales autoras del informe, llamó a los "gobiernos, empleadores y trabajadores a adoptar medidas acuciantes que hagan hincapié en la protección de los más vulnerables" y eviten "un empeoramiento de las condiciones de trabajo de las personas más vulnerables, y desplazamientos de población".