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AMPLIARHaddad en Sao Paulo de campaña

Haddad en plena campaña "el país está cansado de intolerancia"

El candidato presidencial Fernando Haddad, del Partido de los Trabajadores (PT), dijo ayer que es necesario poner punto final a la "intolerancia" y propuso ensanchar los espacios para el diálogo, dentro de una estrategia en la que busca diferenciarse de su principal rival Jair Bolsonaro.

Detalles.

"El país está harto de la intolerancia (..) debemos, construir la unidad a través del diálogo (..) para salir de la crisis", declaró Haddad, del izquierdista Partido de los Trabajadores (PT) que gobernó entre 2003 y 2016 con los exmandatarios Luiz Inácio Lula da Silva y Dilma Rousseff.

"El país quiere paz y democracia, no quiere dictadura, quiere discutir sobre derechos, trabajo y educación", declaró Haddad que es el apadrinado político de Lula.

El candidato petista se ubicó segundo con el 21% de las intenciones de voto en el sondeo publicado este miércoles por la encuestadora Ibope, donde el primer lugar fue para Jair Bolsonaro, del Partido Social Liberal (PSL), con el 27%.

La estrategia de campaña de Haddad sigue dos objetivos.

El primero es tratar de heredar la popularidad del expresidente Lula, que está preso por corrupción, y tenía el 40% de respaldo al momento de desistir de ser candidato a la presidencia.

La segunda premisa de Haddad es presentarse ante los 147 millones de electores como un dirigente componedor para diferenciarse del estilos del popular Bolsonaro cuyo discurso es directo y mercurial.

El exalcalde de San Pablo lanzó su candidatura el 11 de setiembre frente a la Policía Federal de Curitiba, donde está alojado Lula, y desde entonces ha repetido en sus actos que quiere vencer las elecciones a caballo de una propuesta de "paz y amor".

"Ustedes ven que en nuestra campaña no hay ataques a ninguna candidatura, nuestra línea de campaña va a ser hasta el final presentar propuestas y no ataques", subrayó Haddad.

Lo hizo al hablar con la prensa luego de firmar un compromiso de respeto a los derechos de los niños en la oficina de la representación en Brasil de Unicef, que es la agencia para la infancia de la ONU.

Tanto Haddd como Unicef defienden la vigencia del Estatuto del Niño y el Adolescente (ECA, en portugués NDR) que fija los 18 años como edad mínima para la imputabilidad penal.

Por su parte, Bolsonaro defiende la reducción de la edad de imputabilidad penal así como la revisión de varios preceptos contenidos en el ECA.