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AMPLIARLos negros condenados al analfabetismo

Hay 11,5 millones de analfabetos en Brasil

En Brasil hay 11,5 millones de ciudadanos mayores de 15 años que no saben leer ni escribir, un problema que afecta especialmente a la población afrodescendiente, de acuerdo con los números presentados ayer por el instituto oficial de estadísticas.

Detalles.

En 2017 el 7 por ciento de los brasileños era analfabeto, lo que mostró una baja de sólo el 0,2 por ciento ante el cuadro de situación observado en 2016.

El mapa del analfabetismo revela las diferencias raciales que aún perduran de este país de más de doscientos millones de habitantes, y donde reside la mayor población negra fuera de Africa.

El 9,3 por ciento de los ciudadanos negros y pardos no sabe leer, una cifra que baja al 4 por ciento entre los blancos.

Por otra parte el analfabetismo afecta el 3,5 % de la población en la región sudeste, donde se encuentran los estados de San Pablo y Río de Janeiro, que son los principales centros económicos del país.

En la región nordeste, donde están los mayores bolsones de pobreza, el analfabetismo trepa al 14 por ciento, de acuerdo con el Instituto Brasileño de Geografía y Estadísticas (IBGE).

El problema es más grave entre los hombres, con el 7,1 por ciento, que entre las mujeres donde el índice de las iletradas es del 6,8 por ciento. La Pesquisa Nacional de Muestras por Domicilio del IBGE trazó un cuadro en el que combinó los problemas del sistema educativo con el creciente desempleo.

Allí el dato más relevante es el que indica que hay 11,1 millones de jóvenes de entre 15 y 29 años que ni estudian ni trabajan, los "ni-ni".

En 2016 los "ni-ni" representaban el 21,8 por ciento de los ciudadanos menores de 30 años, índice que se elevó al 23 por ciento el año pasado.

La misma Pesquisa Domiciliaria del IBGE había informado el jueves que el número de brasileños a los que les falta trabajo trepó a 27,7 millones.

Los programas de alfabetización y, en términos más amplios, el sistema educativo en general no fueron ajenos a la crisis económica que afecta a Brasil desde 2015.

El gigante latinoamericano enfrentó la peor recesión de las últimas décadas en 2015 y 2016, con una baja acumulada del 7 por ciento de su Producto Bruto.

En 2017 hubo una modesta suba del 1 por ciento mientras que la recuperación en 2018 es más tímida de lo que se esperaba. Esta semana el gobierno revisó su expectativa de crecimiento del 3 por ciento al 2,5 por ciento, y no se descarta que tenga que volver a revisarlo para abajo en los próximos meses.

A raíz de estos problemas macroeconómicos hubo un constante recorte de los recursos para educación desde 2015.

Así en 2017 los fondos para el sector cayeron en un 30 por ciento y se estima que este año el recorte puede ser del 32 por ciento.