Enviar Nota | Imprimir

AMPLIARUn Coco nalga típico del islote Praslin, Islas Seychelles (foto: Ansa)

La mágica isla del "coco-nalga", en Seychelles

A 45 minutos en ferry desde Victoria, capital de las paradisíacas islas Seychelles, surge el islote de Praslin, hogar de los increíbles y gigantes cocos de mar, más conocidos como "coco-nalga" por la curiosa y sugerente forma de su fruto.

Detalles.

Los cocoteros de mar se encuentran solo en esta isla, la segunda en tamaño del archipiélago de las Seychelles, en pleno Océano Indico, a mitad de camino entre Africa y el subcontinente indio.

Se trata de un mundo nuevo y fascinante para cualquier visitante que por primera vez se aventura a esta parte del planeta, más allá de Madagascar y a unas cinco horas de vuelo desde Johannesburgo, en Sudáfrica.

En Praslin, un paraíso tropical bañado por playas de arenas blancas y aguas cristalinas de tonalidades que mutan del verde al turquesa, viven unas 6.500 personas en absoluta armonía con la naturaleza.

Allí, en el llamado "Vallee de Mai" ("Valle de Mayo"), una virtual réplica del jardín del Edén, se levanta un bosque de 20 hectáreas, la joya de un archipiélago que permaneció inhabitado y virgen hasta el 1700.

En el valle, declarado Patrimonio de la Humanidad de la Unesco, en medio de una selva natural de palmeras y una variada fauna que incluye especies protegidas, vive en estado natural el cocotero de mar.

Esta palmera gigante tiene una de las hojas y semillas más largas del planeta. Su tronco puede alcanzar hasta 34 metros de altura y lleva en la cima una corona de hojas de palma. El "coco nalga" puede pesar hasta 20 kilos, lo que obliga a los turistas a caminar con sumo cuidado entre los senderos para evitar una sorpresiva y letal caída del fruto desde el cielo.

Este cocotero cuenta con árboles machos y hembras, y sólo en este último crecen los famosos cocos gigantes con sus formas más que sugerentes.

Y qué gusto tiene? "Es muy dulce, como una gelatina, distinto a cualquier otra fruta que haya comido", dice a ANSA Mario, un taxista oriundo de Praslin.

Vincenzo, un guía italiano de Cerdeña que hace 12 años vive en la isla, cuenta que el "coco nalga" se exportaba hasta hace muy poco exclusivamente a China, donde es muy requerido por sus propiedades medicinales. "Pero ahora las autoridades están pensando cómo sacarle mayor provecho a este coco único en el mundo", afirma.

Una visita por este santuario es una invitación a recorrer el hogar de especies únicas en el mundo, como el bellísimo "Loro negro", el ave nacional y endémica que suele esconderse entre las palmeras y es difícil de observar a simple vista, o el camaleón tigre y la lagartija verde. En los vecinos islotes de Curieuse y La Digue se pueden observar colonias de tortugas gigantes.

"Aquí se descubre el paraíso", dice Vincenzo. Y todos se esmeran por cuidarlo.

"No señora, esa es el agua que llega directamente a mi grifo" reta Vincenzo a una turista alemana que sale del sendero como si fuera el patio de su casa e intenta lavarse las manos con una gran sonrisa en una pequeña cascada que baja de una ladera.

La mujer pide disculpas y se aleja sonrojada entre hojas gigantes que apenas dejan ver el cielo y el cantar del "Loro negro" que finalmente se deja ver aferrado a una rama.