La Capitanía de Puertos de Río de Janeiro realizó ayer una revisión en las 11 balsas y las 25 toneladas de fuegos artificiales que estallarán a partir del primer segundo de 2018 frente a la playa de Copacabana en el punto más alto del Reveillon de Año Nuevo.
Detalles.
Serán 17 minutos de estruendos, cinco más que el año pasado, un adicional que las autoridades cariocas destacan como parte del relanzamiento de la mega celebración, que este domingo contará con la presencia de cientos de miles de personas más que el 1 de enero de 2017.
El capitán de mar y guerra Sergio Renato Berna Salguerinho estuvo a cargo de la supervisión de las balsas que serán fondeadas a cientos de metros de las arenas de Copacabana, en la zona sur carioca.
Berna Salguerinho también supervisó las lanchas que darán apoyatura cerca de las balsas en torno de las cuales se montará un cerco de seguridad de 500 metros, distancia que no podrá ser transpuesta por embarcaciones privadas.
Cada una de las once balsas tendrá un equipo "Time Machine", computarizado, del cual saldrá la orden para el disparo de cada explosivo perfectamente sincronizado con otros para que se formen figuras en el cielo, probablemente nublado.
"Será la primera vez que este sistema es utilizado en el Reveillon de Río" donde serán lanzados fuegos importados de Italia, China y Japón, dijo Marcelo Kokote, coordinador del espectáculo.
Las "dibujos aéreos" de los fuegos también serán reproducidos en pantallas gigantes que recibirán las imágenes captadas por un dron.
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