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AMPLIARLa policía de Río de Janeiro bajo sospechas (foto: ANSA)

Temer busca frenar la narcocrisis originada con la complicidad policial

El presidente brasileño, Michel Temer, intenta frenar la crisis política que sacude a su gobierno originada en denuncias formuladas por uno de sus ministros sobre la presunta "sociedad" entre la policía y los narcotraficantes de Rio de Janeiro.

Detalles.

Temer, del Partido Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), inició una serie de consultas para aquietar la crisis que irritó al gobernador de Rio, Luiz Fernando Pezao, de la misma fuerza gobernante.

En pleno feriado enlazado con el fin de semana, por el Día de los Muertos, el presidente recibió hoy en la residencia oficial de Brasilia, a su ministro de Justicia, Torquato Jardim, cuyas declaraciones sobre la policía carioca fueron la chispa que amenaza causar un incendio en el gobierno.

Torquato Jardim aseguró que varios comandantes de batallones de la policía son "socios" del crimen organizado afincado en las favelas cariocas.

El funcionario del gobierno nacional brindó una serie de entrevistas desde comienzos de la semana en las que desgranó acusaciones contra la policía carioca.

El jefe de la cartera de Justicia sostuvo que miembros de la policía entregarían informaciones sensibles a los capos del narcotráfico.

Y citó como ejemplo que un operativo conjunto, de la policía de Rio con tropas federales, llegó cerca de uno de los maleantes pero poco antes de atraparlo éste se fugó, posiblemente porque fue avisado de la redada.

Por último Jardim dijo que el reciente asesinato del jefe de una unidad policial fue, en rigor, un "ajuste de cuentas" del crimen organizado, declaración ue causó indignación y una enérgica respuesta de la policía y el secretario de Seguridad carioca, Roberto Sa.

Ayer viernes Temer, según trascendidos, habría recomendado a Jardim que cese en sus denuncias para evitar un estremecimiento dentro del PMDB.

El partido oficialista enfrenta varias divisiones internas además del desgaste causado por las denuncias y procesos de corrupción contra varios de sus líderes.

Temer, que es uno de los principales dirigentes del PMDB, fue denunciado dos veces por la Procuraduría en la causa Lava Jato, donde también fueron imputados varios de sus ministros y exministros, dos de ellos presos.   

El exgobernador de Rio, Sergio Cabral, del PMDB, está preso tras ser condenado a más de 40 años en el proceso Lava Jato.

Además, Temer no quiere agravar la fisura que existe dentro de la coalición de partidos que integran el gabinete, especialmente con Demócratas. Y la crisis en Rio impactó en la relación del PMDB con Demócratas.

Uno de los caciques de Demócratas es el jefe de la Cámara baja, Rodrigo Maia, de Rio de Janeiro, quien habría pedido la cabeza del ministro Jardim.

Como se ve todos estos problemas tienen como telón de fondo la corrupción que mancha al gobierno y que se habría enquistado en el seno de la policía de Rio de Janeiro.

Si Temer, con su conocida habilidad, logra suturar las heridas políticas esto permitirá que la crisis sea archivada.

Pero esa solución política posiblemente no logrará mejorar la imagen del presidente, que tiene el 3 % de aprobación de la opinión pública, ni de su entorno.

Al mismo tiempo parece difícil que mejore la imagen desgastada de la policía de Rio de Janeiro en momentos en que se libra una guerra de baja intensidad con los narcotraficantes en la que participan las Fuerzas Armadas.