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AMPLIARYacarés víctimas de exploradores (foto: ANSA)

ONG brasileña denuncia matanza de yacarés por su cuero

Una Organización No Gubernamental denunció a una hacienda del interior de Río de Janeiro por someter a "tratamiento aberrante" a miles de yacarés de los que venden su cuero, dientes y carne.

Detalles.

"Amigos de los Bichos", una ONG que lucha por la preservación y el buen trato de esos los animales, presentó una denuncia contra un criadero por los maltratos a los que son sometidos más de dos yacarés del tipo "papo amarelo".

Los animales adultos miden hasta tres metros, pesan alrededor de 200 kilogramos y comen más unos 90 kilogramos de carne por día durante el verano, porque en el invierno prácticamente no ingieren alimentos.

Cuando están en cautiverio se los alimenta con carne de pollo y de res, pero en su hábitat natural también se alimentan de otros animales y atacan a seres humanos, como ocurrió este año en el estado amazónico de Tocantis donde hubo un muerto y varios heridos.

La agrupación "Amigos de los Bichos" acusó al criadero Arurá, ubicado en el sur del estado de Río de Janeiro, de "burlar la legislación" que permite tener a esos animales bajo encierro.

Se estima que la población de yacarés y cocodrilos en Brasil llega a los dos millones de ejemplares.

Los yacarés y cocodrilos viven en la región del Pantanal, en el oeste, también en zonas del sureste y en la Amazonia brasileña, que es la floresta tropical más extensa del mundo con 4,5 millones de kilómetros cuadrados.

La legislación en vigor prohíbe la caza de los yacarés y cocodrilos así como la explotación de su carne y cuero.

Pero permite que sean criados en las haciendas autorizadas siempre que en éstas sean bien alimentados y que no se ejecute a los animales jóvenes.

En la estancia Arurá se observó que los animales vivían en estanques con aguas contaminadas, con una temperatura inadecuada y hacinados. De acuerdo con la denuncia los yacarés eran sacrificados precozmente para la venta de su carne que es requerida en algunos restoranes elegantes de Río de Janeiro.

Además se vendía el cuero y los dientes, que se les arrancaban en vida para que les nacieran nueva piezas que eran ofertadas al público.

La situación dentro de ese reservorio era de "absoluto tormento", señaló la entidad acusadora.

La Fiscalía y la Policía Ambiental abrieron una investigación sobre varios delitos previstos en ley como el "maltrato" y el "hacinamiento" que habría causado la muerte de algunos ejemplares.

Por lo pronto se abrió un proceso contra el veterinario Glenn Collard, cuyos abogados ya interpusieron un recurso para que el criadero siga funcionando Nina Collard, que es la administradora de la empresa, aseguró que "siempre se respetó la ley y esto quedará esclarecido en la Justicia". "Si no les hubiéramos brindado los cuidados correspondientes nuestros animales hubieran muerto, porque se vuelven más vulnerables a las enfermedades cuanto están encerrados", señaló la administradora Collard.

La empresaria reconoció que pudo haber cierta "sobrepoblación" de yacarés que la atribuyó al "cierre de los otros criaderos y mataderos que había en esta región, lo que hizo que recibamos más animales".