18/10/2017 - China

Modernización socialista, nueva era

China entra en una "nueva era" de prosperidad y ve la "modernización socialista", la reducción de la diferencia de bienestar con los países más desarrollados, como objetivo a medio término en el marco de la "reflexión sobre un socialismo con características chinas".

Así, el presidente Xi Jinping, en calidad de secretario general, abrió hoy el XIX Congreso del Partido Comunista Chino (PCC), cuyas labores durarán siete días, llamando a los miembros del PCC a la plena cohesión en el país con "un importante período de estratégicas oportunidades y desarrollo".

    Porque, frente a perspectivas "brillantes" pero con "desafíos arduos", el Partido queda y seguirá siendo el punto central y de referencia para mantener "el absoluto control sobre las fuerzas armadas", en el centro de reformas y renovación.

    Xi aseguró que China construirá el desarrollo a través de dos paisajes diferentes en el período 2020-2050: después de la sociedad "moderadamente próspera" con la eliminación de la pobreza en 2020, será la cara de la "modernización socialista" en 2035 y de la "prosperidad común" de toda la población en 2050, gracias a un "país socialista grande y moderno" logrado cerca del centenario de la fundación del Estado, en 2049.

    En la presentación de tres horas y media, Xi, quien es presidente de la República Popular China, entre interrupciones por los aplausos (resumidas en una ovación conclusiva), sorbos de té (pocos) y algunas tosidas al final, ilustró más que en los últimos cinco años las futuras líneas por seguir.

    Entre las ilustraciones habló sobre las 60 millones de personas que salieron de la pobreza, el aumento del PBI de 54 billones (8,1 billones de dólares) a 80,0 billones de yuanes (12 billones de dólares) y las islas artificiales en el mar de China meridional incluidas entre las construcciones estratégicas.

    Mientras que entre las líneas a seguir trazó un rol irrenunciable para la China hecha de responsabilidad, como el liderazgo global sobre el debate de los cambios climáticos frente a la clamorosa marcha atrás implantada por los Estados Unidos de Donald Trump.

    En el discurso frente a 2.280 delegados y a los ex presidentes Hu Jintao y Jiang Zemin, Xi repitió en varias ocasiones sus ideas sobre el "socialismo con características chinas".

    "Hoy, estamos más cerca, más confiados y más capaces que antes para hacer realidad el objetivo de la renovación nacional", dijo, pero no será "como un paseo en el parque". "El sueño chino" requiere de una lucha decidida a las contradicciones.

    La lucha a la corrupción irá hacia adelante ("hemos alejado a los tigres, cazado a las moscas y capturado a los lobos"), con cerca de un millón de miembros del PCC terminaron en Anticorrupción desde 2012.

    China, que "sigue siendo la más grande nación en vía de desarrollo", tendrá la tasa de crecimiento de su economía "a un paso medio-alto", contará sobre un fuerte sistema de empresas estatales líderes globales y se "volverá más abierto", con las barreras de ingreso a las inversiones extranjeras que estarán más abajo.

    El interés de China, que estará en una "oposición resolutiva a la actividad que pueden poner en riesgo el liderazgo y soberanía territorial", incluye las turbulencias de Hong Kong y Taiwán hacia aquello que es la "determinación, la confianza y la habilidad" para doblar cada empuje a la independencia formal.

    Sobre el frente internacional, "el espíritu es la promoción de la paz con el diálogo".

    Si el Occidente y su modelo tienen un claro afecto, Xi creó un claro mensaje: el sistema político chino, la "democracia socialista", puede dar una contribución al mundo. El "socialismo con características chinas" es un camino que puede ser replicado por otras naciones en vía de desarrollo que apuntan al crecimiento manteniendo su independencia. (ANSA).