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AMPLIARMovimientos militares en la favela Rocinha, los narcotraficantes fuera de control. (foto: ANSA)

Se multiplican los combates entre militares y narcos en Rio de Janeiro

La guerra de baja intensidad de Río de Janeiro no cesa, ahora narcotraficantes atacaron con granadas a la policía cerca de la sede de la gobernación, mientras una procesión fue suspendida ante la falta de seguridad.

Detalles.

Un violento tiroteo entre una gavilla de traficantes y la policía ocurrió este viernes por la mañana a unos doscientos metros del Palacio de Guanabara, sede de la gobernación de Río de Janeiro.

Los impactos de bala de guerra y el estruendo del estallido de al menos una granada causaron pánico entre los vecinos del barrio San Cristovao, en la zona sur carioca.

Ante la magnitud del ataque, la Policía se vio obligada a guarnecerse y postergar la persecución de los malhechores, que se dieron a la fuga este viernes, que cerró una semana en la que hubo al menos tiroteo por día.

El pánico es moneda corriente para los cariocas pese a que el gobernador, Fernando Pezao, y el ministro de Defensa, Raul Jungmann, manifestaron su confianza en restablecer la tranquilidad con la llegada de las Fuerzas Armadas, que estacionaron tanquetas en varias favelas y en algunas playas muy concurridas.

El mes pasado el presidente Michel Temer firmó un decreto que autorizó el envío de efectivos Ejército, la Marina y la Aeronáutica para "garantizar la ley y el orden".

La meta fijada por el Jefe de Estado no fue alcanzada hasta el momento como lo reconoció recientemente el titular de Defensa Jungmann quien prometió que la presencia castrense se prolongará hasta fines de 2018.

La balacera de este viernes en la zona sur ocurrió a poca distancia de las playas más visitadas por los turistas extranjeros como son Copacabana, Ipanema y Leblon.

La violencia cotidiana ya se expandió por toda la Ciudad Maravillosa porque el crimen organizado" alcanzó un grado de organización y armamento que le permite desafiar al Estado.

"Lo que está pasando en Río de Janeiro es que las fuerzas de seguridad perdieron el monopolio de la violencia" afirmó el exjefe de la Policía Militarizada y antropólogo, Robson Rodrigues.

Como en las guerras de baja intensidad en Río hay una disputa por el control de "territorios" y en extensiones importantes de la ciudad el estado "fue superado por las facciones" dijo el policía retirado Rodrigues.

Entre tanto las Fuerzas Armadas regresaron esta semana a la favela más importante de Río, Rocinha, también ubicada en la zona sur de la capital.

Ayer la parroquia Nossa Senhora da Boa Viagem, de Rocinha, suspendió la tradicional procesión del Dia de la Virgen de Aparecida, patrona nacional.

Las autoridades resolvieron dejar sin efecto el recorrido por las angostas calles de Rocinha ante el riesgo de enfrentamientos entre militares y narcotraficantes, que tienen en jaque a los vecinos desde hace un mes.

"Que la virgen de Aparecida interceda a favor de nuestra querida comunidad de Rocinha, que la paz sea restablecida", dijo un comunicado de la parroquia divulgado a través de las redes sociales.