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AMPLIARMiembros del poderoso Primer Comando de la Capital durante un motín en una prisión.

Grupo "narco" brasileño se expande a Paraguay y Bolivia

El Primer Comando de la Capital, considerado como la mayor banda delictiva de Brasil, avanza en América del Sur y pretende convertirse en un nuevo Cártel de Cali, afirmó el investigador Allan de Abreu.

Detalles.

Ejército expresó su alarma ante expansión del narcotráfico y vulnerabilidad de las fronteras.

"El sueño del Primer Comando de la Capital (PCC) es transformarse en un gran cártel, el mayor de América del Sur, donde quiere dominar todas las rutas del tráfico como en su momento lo hicieron los cárteles colombianos de Medellín y de Cali", señaló Allan de Abreu.

El PCC combina "criterios empresariales" con una "violencia extrema" contra quienes le disputan espacio en el tráfico de drogas.

La prioridad de la organización es garantizar su hegemonía en el corredor conocido como "ruta caipira", ubicado en el interior brasileño, que pasa por los estados de Belo Horizonte y San Pablo, agregó el experto.

Por allí transita la droga procedente de Bolivia, Perú, Paraguay y Colombia destinada a los grandes mercados consumidores de San Pablo y Río de Janeiro.

Presuntos miembros del PCC irrumpieron con armas de guerra en una disco de la ciudad paraguaya Pedro Juan Caballero, fronteriza con Brasil, donde dispararon a mansalva con un saldo de cuatro muertos y varios heridos.

El hecho ocurrió este lunes dos días después de que fue posteado en las redes sociales un video en el que dos hombres fueron ejecutados a quemarropas, por dos sicarios que advirtieron "si alguien viene a la frontera la cosa se va a poner fea, aquí manda el PCC".

Estos hechos de violencia serán cada vez más frecuentes porque "la lucha por el monopolio del tráfico de drogas costará muchas vidas", afirmó Abreu, que desde hace una década comenzó a investigar las rutas de ingreso de estupefacientes a Brasil.

"Más del 50 por ciento de la cocaína que ingresa a Brasil es boliviana (...), la pasta base cuesta 800 dólares el kilo en el interior de Bolivia, en la frontera cuesta 2.000 dólare y en San Pablo asciende a 8.000", señaló.

El PCC, cuyo jefe es el temido Herbas Camacho alias "Marcola", un ladrón de bancos preso en el interior de San Pablo, cuenta con abogados y profesionales que lo asesoran sobre los métodos empresariales para optimizar las ganancias y operar con eficacia mercadológica. "El PCC es monopolista, llegó a Paraguay y a Bolivia para eliminar a los intermediarios" y quedarse con toda la ganancia, apunta De Abreu.

El cada vez más voluminoso tráfico de drogas es algo "preocupante" declaró ayer el comandante del Ejército, general Eduardo Villas Boas que destacó la "importancia" del sistema de "monitoreo" fronterizo que cuenta con apoyo aéreo y radares.

De todos modos, "nuestras fronteras que están muy desprotegidas (...) Brasil tiene 17 mil kilómetros de fronteras parte de ellas con países que producen cocaína", apuntó el general.

El control de las fronteras es un "asunto importante en la agenda" del gobierno, señaló el ministro de Defensa Raúl Jungmann.

Pero mientras el gobierno cuenta con recursos limitados el crimen organizado está cada vez "mejor armado" y financiado, observó Jungrmann. En ese contexto, el poder del PCC ha crecido en países como Bolivia y Paraguay, y ha logrado controlar zonas estratégicas en las fronteras.

En junio de 2016 supuestos miembros de esa agrupación mafiosa desplegaron cerca de 30 sicarios y varias camionetas para asesinar al hasta entonces "rey de la frontera" brasileño-paraguaya Jorge Rafaat Toumani.

Claro que su incursión en el mercado internacional de estupefacientes no apartó al PCC de su actividad original que es el robo a bancos y empresas de caudales.

Según las investigaciones policiales brasileñas y paraguayas fueron miembros del PCC los responsables del cinematográfico asalto en abril de este año al depósito de la empresa de caudales Prosegur en Ciudad del Este.