AMPLIARMenos años de prisión

09/07/2017 - Retroceso

Máximo tribunal chileno favorece a femicida

"Una pésima señal", consideró la ex ministra de la Mujer, Carmen Andrade, el acuerdo de la Corte Suprema chilena de rebajar la condena al femicida frustrado que le sacó los ojos a su pareja.

Detalles.

Por cuatro votos a uno, según informa hoy el diario La Tercera, los jueces desestimaron que la agresión brutal cometida el año pasado en la austral ciudad de Coyhaique fue un "femicidio frustrado", tipificándolo solo como lesiones graves.

Así acogieron en parte el recurso de nulidad interpuesto por la defensa del desabollador Mauricio Ortega, de 42 años, que en primera instancia fue condenado a 26 años de presidio por el ataque contra la madre de sus dos hijos y ex conviviente, Nabila Rifo, de 28 años, perpetrado la madrugada del 14 de mayo de 2016.

El juicio oral transmitido por televisión hace tres meses estremeció al país convirtiéndose en un emblema de las causas contra la violencia de género.

Ortega no sólo golpeó con piedras en reiteradas ocasiones a Rifo, sino que además la dejó abandonada en la calle a escasos metros de su casa para ir a buscar un objeto corto punzante con el que extrajo los globos oculares.

La socióloga Carmen Andrade, encargada de Oficina de Igualdad de Oportunidades de Género de la Vicerrectoría de Extensión y Comunicaciones de la Universidad de Chile, dijo a ANSA que la decisión del máximo tribunal "es una pésima señal".

"En primer lugar, para la propia víctima y para todas las mujeres que sufren violencia, pues la Corte Suprema da señales no sólo jurídicas sino también culturales", apuntó La ex ministra del Servicio Nacional de Mujeres añadió que queda "un gran signo de interrogación" y la pregunta es "qué más tiene que pasar para que la justicia se haga cargo de sancionar a los agresores".

La experta abundó que durante todo el juicio "se sobrepasaron los límites éticos que tienen que ver con los derechos de la víctima, ventilándose su vida privada y tratando de reducir la responsabilidad del agresor, haciendo entrever que la mujer no tenía "una conducta adecuada".

Para Andrade, "no sólo hubo un actuar discriminatorio por ser mujer sino que además la intromisión en su vida íntima fue porque ella procede de un sector social bajo". Pese al escenario desilusionante, la ex ministra cree que hay posibilidades de cambiar las cosas ahora porque "hace unos meses el gobierno presentó un proyecto integral contra la violencia de género que por una parte mejora las falencias de la actual legislación e incorpora la violencia en otros espacios, en las calles, espacios educativos. Es un paso".

Pero no basta con legislar, advirtió, "hay que hacer otras cosas, hay que intervenir de manera muy profunda el sistema educativo porque la violencia se aprende".

La defensa de Ortega presentó a solo días del fallo de primera instancia un recurso de nulidad ante la Corte Suprema para dejar sin efecto el juicio oral y volver el caso a cero. Si no se aceptaba, pedía modificar la condena de 26 años de presidio. Fuentes citadas por el diario La Tercera señalaron que el acuerdo adoptado por la Sala Penal -que está en fase final de redacción y a la espera de la firma de los jueces para que sea comunicado- implicará una baja en la condena total para Ortega, quien permanece hace más de un año en la cárcel de Coyhaique.

Entre los delitos que el máximo tribunal mantendrá contra Ortega está la violación de morada (un caso anterior cuando con un hacha derribó la puerta de la vivienda de Rifo) por la que deberá cumplir 541 días de cárcel. A ello sumará 12 años y 180 días por la mutilación de los ojos (lesiones graves gravísimas). Y cuatro años por la golpiza originalmente calificada como femicidio frustrado (ahora lesiones graves), quedando la brutal agresión con una pena que en total bordearía los 18 años, ocho menos de lo dictaminado en Coyhaique.

En el juicio oral se acreditó que la mujer fue trasladada en estado agónico a un centro asistencial y de ahí derivada a Santiago, donde estuvo un mes internada bajo riesgo vital. La joven conmovió a todo el país por su entereza, resiliencia y encarar las preguntas de los abogados defensores que buscaron desacreditarla abundando en su vida privada. Ante preguntas sin límites, como si tenía relaciones vaginales o anales, ella espetó: "¿Qué tiene que ver mi vida sexual con lo que pasó?".