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AMPLIAREl flamante hotel en La Habana

Inauguran primer hotel de lujo El Cinco Estrellas Plus en La Habana

Cuba inaugurará su "primer hotel de lujo" Cinco Estrellas Plus en pleno corazón de La Habana, en cuya edificación participaron unos 360 trabajadores indios, "una fuerza de alta organización", según la prensa local.

Detalles.

El Gran Hotel Manzana Kempinski La Habana, de seis pisos, que será abierto oficialmente este mes, es una sólida construcción situada en el área central y comercial de la ciudad, rodeado de otros hoteles y a unos pasos del Capitolio Nacional, que pronto, aunque aún sin fecha, terminará de restaurarse para ser sede de la Asamblea Nacional del Poder Popular de Cuba, parlamento cubano.

El hotel tiene 246 habitaciones, el 29 por ciento de tipo suite y junior suite. Oferta una "suite presidencial" de 150 metros cuadrados promocionada como "única en su género". Aún no se publican las tarifas. El Manzana Kempinski se levanta en un área que es conocida como "Manzana de Gómez", construida entre 1894 y 1917 como un sector de comercios estructurado al "estilo europeo". La firma Kempinski, en su página digital, describe las habitaciones del Manzana como suites con techos "extra-altos" con ventanas francesas que se abren hacia la parte más antigua de la capital. Subraya como novedad que es "el primer hotel realmente de lujo" en Cuba.

En la zona interna del hotel operarán 16 locales destinados a productos de marcas internacionales muy reconocidas como Gucci, Mango, Lacoste y otras.

Las proyecciones cubanas para la llamada industria del ocio, que vive un "boom", ponen énfasis en la calidad del servicio, que, según sus administradores, alcanza un clímax en el Manzana.

Otra novedad relacionada con este hotel, costeado en un 100 % por capital estatal cubano, es que en su edificación participaron obreros indios, un acontecimiento muy extraordinario en el marco de la estructura del trabajo predominante en Cuba hasta entonces dominada por mano de obra nacional.

Un portavoz de la Empresa Inmobiliaria Almest, que estuvo a cargo de la ejecución del proyecto junto a la Asociación Económica Internacional Unión de Construcciones Militares (UCM)-Bouygues, aclaró nuevamente a la prensa local que los indios resultaron contratados "a fin de acelerar el proceso inversionista con trabajadores especializados en acabado".

Los describió como "una fuerza de alta organización, persistencia y profesionalidad, la cual contribuye también a la formación del personal cubano". Se divulgó además que también participan en otras obras turísticas en otra partes del país.

En medio de una breve polémica sobre el uso de esos trabajadores foráneos y no de cubanos, el diario Juventud Rebelde explicó en octubre de 2016 más ampliamente que la asociación de instituciones constructoras estatales cubanas a la Bouygues, extranjera, "refrendó los principios de sostenibilidad que deben acompañar a cada inversión, entre estos acortar los plazos de ejecución.

"Minimizar el tiempo de ejecución de estas inversiones, bajo el principio de mantener un nivel de presupuesto y calidad óptimos, es piedra angular para dicha estrategia", explicó.

Como resultado, los directivos dijeron en ese momento que se realizaba un estudio para el pago por rendimientos al sector cubano de la construcción. Llamó la atención de que la labor de los trabajadores indios "es de muy alta calidad". Subrayó que está impregnando "un alto aprovechamiento de la jornada laboral, lo que redunda en una mayor productividad".