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AMPLIARMas pobres y obesas entre nosotros

Más pobres y obesas en Latinoamérica

Las mujeres latinoamericanas pobres han aumentado, pese a la reducción del flagelo que ha habido en la región, destacó ayer el Fondo de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), en la víspera de un nuevo aniversario del Día Internacional de la Mujer.

Detalles.

El organismo subrayó que la igualdad y el empoderamiento de las mujeres no sólo son una meta dentro de los Objetivos de Desarrollo Sustentable (ODS) "sino parte de la solución a los grandes problemas de desarrollo que enfrenta el mundo, ya que ellas son una piedra angular de la economía rural y la seguridad alimentaria".

Según la FAO, si se potencia el papel de las mujeres rurales y se invierte en actividades que aumenten significativamente su productividad, se podría disminuir de forma significativa el hambre y la malnutrición.

De acuerdo al Panorama de Seguridad Alimentaria y Nutricional en ALC 2016, la obesidad impacta de forma desproporcionada a las mujeres de la región: un 26.8 por ciento en comparación con el 18.5 por ciento de los hombres.

Existen múltiples factores detrás de esta tendencia regional, como la pobreza y la falta de acceso a recursos productivos, a servicios de salud integrales, su poco acceso a educación nutricional, sumados a una excesiva carga de trabajo, en especial en el caso de las mujeres rurales La FAO relevó que si bien la pobreza general de la región ha disminuido, la pobreza de las mujeres ha aumentado. Por cada cien hombres indigentes en América Latina y el Caribe hay 121 mujeres indigentes.

En la región, el 40% de las mujeres rurales mayores de 15 años no tiene ingresos propios, aunque trabaja a diario de forma no remunerada. Además, las mujeres rurales de la región sólo poseen una fracción de la tierra, el crédito, los insumos productivos y la educación en comparación a los hombres.

Un estudio de seis países halló que el porcentaje de propietarias mujeres es mayor en México (32,2, %) y en Paraguay (29,7%), y sólo el 20 por ciento en Nicaragua y el 14 por ciento en Honduras.

Aunque representan el 20% de la mano de obra agrícola en la región, las mujeres enfrentan una serie de inequidades que afectan tanto su desarrollo económico como su seguridad alimentaria.