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AMPLIARPolicía en pie de guerra en Espíritu Santo, protestas y malestar. La región, lindera a Rio de Janeiro, es un caos.

Huelga policial desestabiliza al debil gobierno de Temer

Continúa el infierno en Espiritu Santo donde ayer asesinaron a un sindicalista, y ya son 104 los muertos debido a la huelga policial que es la punta de un iceberg nacional, mientras miles de uniformados protestaron contra el presidente Michel Temer.

Detalles.

El Ejército patrulla Espíritu Santo -una de las 27 unidades federales de Brasil-, mientras autoridades de la lindera Río de Janeiro pidieron apoyo militar ante riesgo de huelga policial allí también.

El Sindicato de Trabajadores del Transporte de Garapari, interior Espiritu Santo, informó hoy que fue asesinado el titular de esa organización Walace Belmiro Fernaziari, cerca del garage de una empresa de ómnibus.

Luego de anunciado el crimen que costó la vida de Fernaziari los conductores del transporte colectivo suspendieron sus actividades en todo el estado.

Vitoria, la capital y el resto de esa pequeña esa provincia del sudeste brasileños, están dominados por el pánico desde el viernes pasado por la noche cuando se inició la medida de fuerza policial.

La gobernación "capixaba" (gentilicio de Espíritu Santo) anunció hoy que volverá a negociar con las mujeres de los policías amotinados en el cuartel general de la institución.

La reunión del miércoles por la noche finalizó sin ningún acuerdo y los policías que al principio pedían 43% de aumento ahora exigen mucho más. Paulo Hartung, gobernador de Espíritu Santo, acusó a los huelguistas de haber "secuestrado" a la población que vive en condición de "rehén" y prefiere permanecer en sus domicilios ante el clima de inseguridad imperante.

Los policías en conflicto son "unos chantajistas" aseveró el gobernador Hartung.

Las autoridades de Espiritu Santo responsabilizan directamente a los policías en huelga de la ola de crímenes: desde el viernes a la noche hasta hoy a la mañana hubo 103 asesinatos, mientras en enero se registraron sólo cuatro.

La espiral de asesinatos, saqueos y asaltos sigue en aumento pese a que desde el lunes hay un contingente de efectivos del Ejército y la Fuerza Nacional de Seguridad enviados por el presidente Michel Temer.

La presencia de las Fuerzas Armadas en Espiritu Santo "se prolongará mientras sea necesario y hasta que las población pueda volver a vivir normalmente", dijo hoy el ministro de Defensa, Raúl Jungmann a la estatal Radio Nacional.

Ante la continuidad de la crisis de inseguridad el presidente Temer autorizó ampliar el contingente militar con el envío de 550 efectivos federales, que se suman a los 1.200 que arribaron esta semana.

Para congresistas, como los senadores Cristovam Buarque y Paulo Paim, la crisis policial tiende a extenderse por todo el país como reguero de pólvora.

"Brasil está en una guerra civil, esto hay que decirlo con claridad", aseveró hoy Buarque, del oficialista Partido Popular Socialista.

"Cinco mil policías protestaron ayer frente a este edificio preocupados con las políticas de este gobierno que les quiere quitar su derecho a jubilación de privilegio por actividad de riesgo", dijo Paulo Paim, senador del opositor Partido de los Trabajadores.

Cerca de trescientos policías llegados de 15 provincias ingresaron al Congreso ayer donde hubo choques con el servicio de seguridad del Palacio Legislativo en el centro de Brasilia.

Este jueves, tres días después del arribo del Ejército al estado Espíritu Río de Janeiro anunció que pidió el apoyo de tropas al gobierno de Temer ante el descontento de la policía carioca cuyos salarios están atrasados.

"Ya solicité al ministro de Defensa, Raúl Jungman, y al de Justicia, Alexandre (Moraes) que pongan en alerta a la Fuerza Nacional de Seguridad y al Ejército", anunció hoy el gobernador de Río de Janeiro, Luiz Fernando Pezao.

El jefe de gobierno carioca contó que ayer se reunió con autoridades del área de seguridad para tratar la situación en medio de rumores sobre una huelga policial que podría iniciarse este viernes.