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08/02/2017 - Jaqueo

Dudas sobre la realización del Carnaval de Río

Brote de fiebre amarilla, que ya mató a cerca de 70 personas, y la posibilidad de una huelga de la policía pueden amenazar al carnaval cuyos primeros desfiles populares comienzan este viernes en Río de Janeiro.

Detalles.

Ante el peor brote de fiebre amarilla de las últimas décadas la alcaldía de Cassia, anunció que suspenderá los festejos de Carnaval que este año será celebrado entre el lunes y martes 27 y 28 de febrero.

Ubicada en el interior de Minas Gerais, la localidad de Cassia tiene una rica tradición carnavalesca, pero sus autoridades prefirieron garantizar la "seguridad sanitaria", luego de que fueron hallados varios monos muertos.

Minas Gerais, la provincia más afectada con la enfermedad que dejó unos 60 muertos, tiene una extensa frontera con Río de Janeiro, cuyo gobernador, Luiz Fernando Pezao, ordenó redoblar la campaña de vacunación contra la fiebre amarilla.

Preocupa al gobernador Pezao que la infección avance en las próximas semanas y contagie a los monos de la región semiselvática que atraviesa la capital carioca.

Hay una importante población de primates en la Mata Atlántica que pasa casi por el medio de Río de Janeiro, y toca zonas próximas al cerro Corcovado, en cuya cima está el Cristo Redentor, visitado por cientos de miles de turistas cada año.

Por lo pronto no se detectaron focos de fiebre amarilla en los grandes centros urbanos brasileños, sino en regiones selváticas.

Los especialista advierten sobre la posibilidad de que la enferemedad migre de las zonas rurales a Río de Janeiro, en el sudeste, así como a Salvador de Bahia y Recife, las dos grandes capitales carnavalescas de la región nordeste.

Esos tres puntos de referencia del Carnaval están igualmente afectados por una epidemia de dengue que tiene a agravarse en las próximas semanas cuando se espera que sean más intensas las lluvias.

Si el riesgo de infecciones, sea de fiebre amarilla y principalmente dengue, puede afectar al carnaval, no es menor el problema de la inseguridad.

En Río se está ultimando el operativo a ser desplegado a partir del próximo viernes cuando comenzará una serie de grandes bailes carnavalescos organizados por los "blocos de rua" o bloque callejeros que concitan la atención de cientos de miles de personas.

Este miércoles el gobernador Pezao convocó a al comandante de la Policía Militarizada provincial, coronel Wolney Dias, y al secretario de Seguridad Pública, Roberto Sá.

Según el sitio de noticias UOL el gobernador citó a sus colaboradores para analizar la veracidad de los rumores sobre una huelga policial que podría iniciarse el próximo viernes.

Cabe recordar que la entidad que nuclea a los policías militarizados ya expresaron su descontento en diciembre del año pasado cuando anunciaron que no harían una huelga en los festejos de Año Nuevo pero mantendrían en pie la posibilidad de un paro en el carnaval.

El diario Extra publicó ayer que en los cuarteles policiales se habla de la posibilidad cierta de ir a la huelga y no se descarta repetir el formato adoptado en el vecino estado de Espíritu Santo, donde el reclamo lo plantean los familiares de los agentes. El descontento de la policía de Río de Janeiro creció con el pago en parcelas de los sueldos y el atraso en el abono del aguinaldo.

La ausencia fuerzas del orden cariocas en las calles puede alentar los "arrastoes" callejeros, que son los conocidos saqueos lanzados simultáneamente por grupos de delincuentes que atacan al público en las playas.

Advertida de la posibilidad de un paro inminente la jefatura policial divulgó una advertencia oficial a sus subordinados.

"Las protestas son legítimas, pero estamos buscando otra forma de reivindicar nuestros derechos" dice la nota del comando policial.

Más adelante el comunicado informa que "los comandantes de las unidades están hablando con la tropa para alertarlas sobre los problemas irreparables que puede causar nuestra ausencia, paralizar un servicio esencial afectaría a toda la población".