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13/01/2017 - Valles

Recorré la Ruta del Vino en un viaje sibarita

Las rutas tucumanas son un perfecto muestrario de nuestro patrimonio bilógico y cultural: naturaleza intacta, vestigios históricos que recuerdan la herencia de los pueblos originarios y el pasado colonial.

 Tradiciones que conjugan la gastronomía típica con el buen beber. Un mix que despierta ricas sensaciones, tras cada paso.

El Ente Tucumán Turismo invita a recorrer cada sábado la Ruta del Vino. Quizás, el pretexto ideal para escribir un diario de viaje que recuerde la cultura sibarita en uno de los lugares más bellos del noroeste argentino.

Cerrar los ojos e imaginar días templados con noches frescas. Pensar en un paraíso en el que el sol abriga 350 días al año. Una geología privilegiada con arenales llenos de vida en los Valles Calchaquíes. Cultivos vitivinícolas que se extienden en el horizonte, sobre los márgenes de las rutas 40 y 307. 100 kilómetros de majestuosos paisajes y exquisitas producciones que hicieron germinar una industria floreciente fruto de la labor de obreros y empresarios que invirtieron esfuerzo y dinero.

El vino tucumano, creado en una de las zonas bodegueras más altas del mundo, se consolidó con la denominación: Vino de Altura. Su alta calidad se expresa a través de dos cualidades esenciales: maridajes concentrados con un aporte justo de alcohol que recuerda los frutales de la zona: duraznos, peras, manzanos.

No es posible visitar Tucumán, sin probar los varietales: torrontés, malbec, cabernet sauvignon, bonarda, syrah y tannat, que crecen en suelos francos, permeables, limpios y profundos. Más de una docena de pequeñas y grandes bodegas que se radicaron en el valle, posicionándose como un atractivo turístico y productivo por excelencia.

¿Cómo iniciar la travesía sibarita?

No hace falta más que tomar un mapa y empezar a recorrer los valles bordados por viñedos. Bodegas pequeñas y familiares con emprendimientos hoteleros que conjugan el turismo con la enología, para conformar una ruta temática por excelencia. Desde Tafí del Valle hasta Tolombón, pasando por Los Zazos, Amaicha del Valle, Colalao del Valle y El Pichao, existen sitios de interés para el amante del vino.

Bodega comunitaria Los Amaichas

A 2.300 metros sobre el nivel del mar, se levanta Los Amaichas, la tercera bodega perteneciente a una comunidad originaria a nivel mundial. EL emprendimiento produce el vino Sumak Kawsay o Buen Vivir.

Con la iniciativa se trabaja la vitivinicultura, la artesanía, la recuperación de la soberanía alimentaria y el turismo comunitario. Cuatro ejes que dieron un resultado: Sumak Kawsay, contó el cacique y comunero, Eduardo Nieva.

Los Amaichas requirió una inversión de $10 millones. La bodega fue inaugurada en el 2016, día en que se celebra a la Pachamama. Fue construida con la provincia, la nación y sponsors privados. 60 familias amaichenses viven en base a este emprendimiento. 52.812 hectáreas comunitarias y sin explotar, están disponibles para la producción. Este vino está conformado por un 80% de malbec y un 20% de criollo.

Albarossa, una pequeña Italia en los valles

Fundada por una familia italiana, Albarossa es una pequeña bodega que fue construida a pocos kilómetros de la ruta 40, por el camino que une Colalao del Valle con la localidad de Fuerte Quemado, Catamarca.

La finca comprende una bodega y un establecimiento hotelero boutique con nueve habitaciones y una gran piscina. La idea es que quienes visiten el predio, disfruten de un lugar tranquilo y pasen un fin de semana lejos del estrés de la ciudad, dijo el empresario, Giacomo Spaini.

El Torrontés Albarossa posee un aroma frutado con notas de melocotón y ananá; mientras que el Malbec Albarossa tiene un perfume sutilmente dulce con especias y notas de mermeladas y frutas rojas. El vino que se produce allí se exporta hacia Europa, especialmente a Italia, donde tuvo una muy buena respuesta.

Chico Zossi, bodega madre

Una casita pequeña y confortable es el hogar de Francisco Baltazar Chico Zossi, la cuarta generación de una familia que produce vinos en Colalao del Valle.

La primera bodega de Tucumán nació en 1900. El terreno está cubierto por viñas torrontés, malbec y cabernet que producen vinos amables y frutados. El complejo, además, posee habitaciones, un gran jardín y un quincho. Tiene los condimentos ideales para vivir una tarde de sosiego, en el que los chicos pueden entretenerse con el tradicional juego del sapo, metegol, columpios y cuatriciclos.

Río de Arena

En la localidad del El Bañado, llegando a Colalao del Valle y a 5 km de la Ciudad Sagrada de Los Quilmes, nos encontramos con la estancia rural y bodega Río de Arena, propiedad de Roberto Carro, actual vicepresidente de la Cámara de Bodegas y Vinos del Tucumán.

Carro dijo que, gracias a la creación de Vinos del Tucumán, una iniciativa surgida por el Ente Tucumán Turismo, el IDEP y vitivinicultores, “hoy tenemos vinos importantes con mucho éxito en el mercado nacional e internacional”.

Tu diario de viaje

La Ruta del Vino de Tucumán es un gran atractivo turístico que invita a tucumanos y visitantes a recorrer paisajes hermosos y conocer el enorme valor de la vitivinicultura. 12 bodegas que brindan una posibilidad de empleo a cientos de personas del Valle Calchaquí.

Para saber más

Visitar la web: www.vinosdeltucuman.com.ar

Todos los sábados de enero, hasta el 11 de febrero,  podrás hacer la Ruta del Vino

El tour parte de las 9 desde la esquina de calle Juan Calchaquí y Avenida Perón, en Tafí del Valle

La inscripción gratuita y abierta a público general

Por consultas, visitar la Oficina de Turismo de Tafí del Valle, ubicada en calle Los Faroles.

Teléfonos: 0381-594-1039 / 0381-4334600 int. 115 y 116.

BODEGAS TUCUMANAS

Establecimientos vitivinícolas que se pueden visitar en Tucumán: Las Arcas de Tolombón, Chico Zossi, Altos La Ciénaga, La Churita, La Sivia, Río de Arena, Posse, Finca Albarossa, Las Mojarras, Los Zazos, Valle de Choromoro, La Constancia, Tukma y Cerro El Pelao.