Prosigue la situación de estabilidad del papa Francisco, a 24 días de su ingreso en el Policlínico Gemelli por la neumonía bilateral, con leves y graduales mejoras, dentro de un cuadro complejo.
Sigue.
Esto es lo que se dijo en la Sala de Prensa del Vaticano, a falta de un nuevo boletín del equipo médico, que lo emitirá el lunes.
En esencia los médicos hacen saber que la situación es la del sábado, con la "estabilidad" del Papa y el hecho de que no se repitan las crisis respiratorias que son ellas mismas, una mejora, que, por lo tanto, se "confirma y consolida".
El cuadro mantiene su "complejidad" y no parece haber habido decisiones sobre la anulación del pronóstico.
El Pontífice asistió también el domingo a la Misa, en la capilla contigua a su habitación en el Gemelli, y por la tarde se conectó con el Aula Pablo VI para seguir vía video los ejercicios espirituales de la Curia Romana y las correspondientes meditaciones y oraciones.
Por eso pudo escuchar también la referencia del predicador papal, fray Roberto Pasolini, a su "profundo sufrimiento" en ese momento. Y desde hace días está siguiendo las terapias, tanto las farmacológicas como la fisioterapia respiratoria y motora. Y continuó la administración de oxígeno, que se realiza durante el día a flujos altos con cánulas nasales y en la noche con ventilación mecánica, a través de la mascarilla que cubre nariz y boca.
Pero para el Papa también fue un día de trabajo, con la visita del cardenal Secretario de Estado, Pietro Parolin, y del sustituto para los Asuntos Generales, monseñor Edgar Pena Parra.
"El Pontífice se reúne con ellos regularmente una vez a la semana y el encuentro de hoy se inscribe en esta tradición", explicó la Oficina de Prensa del Vaticano, según la cual "es una oportunidad para poner al corriente al Pontífice sobre la situación de la Iglesia".
No pasa desapercibido que ayer en el Angelus el Papa se refirió a Siria y al recrudecimiento de la violencia en el país.
Incluso en su habitación de hospital, de hecho, Francisco no dejó de pensar en las numerosas guerras que ensangrentan el planeta: "Juntos seguimos invocando el don de la paz, en particular en la martirizada Ucrania, en Palestina, en Israel, en el Líbano y en Myanmar, en Sudán y en la República Democrática del Congo", dice en el texto preparado para la oración mariana del mediodía, difundida también hoy en forma escrita como en los últimos tres domingos.
A esto se añade precisamente que "me he enterado con preocupación de la reanudación de las violencias en algunas zonas de Siria: espero que cesen definitivamente, con pleno respeto de todos los componentes étnicos y religiosos de la sociedad, especialmente de los civiles".
Y en el discurso el Pontífice vuelve sobre su estado de enfermo. "En mi prolongada hospitalización aquí en el hospital -señaló-, también yo experimento la premura del servicio y la ternura de la atención, especialmente por parte de los médicos y de los trabajadores sanitarios, a quienes agradezco de corazón".
"Y mientras estoy aquí -agregó-, pienso en tantas personas que de diferentes maneras están cerca de los enfermos y son para ellos un signo de la presencia del Señor".
Para el Papa, "necesitamos esto, el milagro de la ternura, que acompaña a quien está en prueba llevando un poco de luz en la noche del dolor".
También en el Angelus, Jorge Bergoglio agradeció "a todos aquellos que me manifiestan su cercanía en la oración", y se une "espiritualmente a cuantos en los próximos días participarán en los Ejercicios Espirituales de la Curia Romana".
El pide que la Cuaresma sea "un tiempo de purificación y renovación espiritual, un camino de crecimiento en la fe, la esperanza y la caridad".
Recordó luego el mundo del voluntariado, para cuya Misa jubilar fue celebrada en la Plaza de San Pedro por el Cardenal Michael Czerny: "en nuestras sociedades demasiado sometidas a la lógica del mercado, donde todo corre el riesgo de quedar sometido al criterio del interés y de la búsqueda del beneficio, el voluntariado es una profecía y un signo de esperanza, porque da testimonio de la primacía de la generosidad, de la solidaridad y del servicio a los más necesitados".
Por último, una novedad a partir del lunes: el rosario por la salud del Papa ya no se rezará en la plaza de San Pedro (esta noche la última oración correrá a cargo del cardenal José Tolentino de Mendonça, Prefecto de Cultura y Educación).
En coincidencia con los Ejercicios Espirituales, el rosario se adelantará al final de las Vísperas y se celebrará en el Aula Pablo VI.
Los fieles que lo deseen podrán seguirlo en las pantallas gigantes de la plaza de San Pedro o en los medios de comunicación vaticanos. ANSA
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