Las deportaciones ordenadas por el presidente Donald Trump han generado un clima de temor no solo en las comunidades de inmigrantes, sino también entre los empresarios que dependen de esa mano de obra.
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Rebeca Shi, directora ejecutiva de la American Business Immigration Coalition de Illinois, destacó que las deportaciones han afectado a «trabajadores esenciales», a pesar de que la Administración Trump afirma que se centran en individuos violentos y miembros de cárteles de drogas.
Los empresarios de ese estado del Medio Oeste estadounidense han reportado una disminución del 50 por ciento en sus operaciones debido a que muchos inmigrantes, paralizados por el miedo, no se presentan a trabajar.
Durante una teleconferencia, líderes empresariales expresaron su preocupación por la escasez de mano de obra en sectores críticos como la agricultura y la manufactura.
Matt Teagarden, de la Asociación de Ganaderos de Kansas, subrayó la necesidad de una reforma migratoria que permita legalizar a los inmigrantes que cumplen con la ley y contribuyen al sistema tributario.
Argumentó que el país enfrenta una encrucijada: importar trabajadores para mantener la producción alimentaria o depender de importaciones alimentarias, lo cual representa un riesgo para la seguridad nacional.
Los datos presentados indican que los trabajadores inmigrantes constituyen entre el 25 y el 50% de las industrias esenciales en Estados Unidos y aportan más de 80.000 millones de dólares en impuestos anualmente.
La falta de estos trabajadores podría agravar la actual escasez laboral, estimada en 1.7 millones de puestos vacantes en sectores como salud, construcción y manufactura, además de reducir el Producto Bruto Interno (PBI) en un 4.2%.
La dependencia del trabajo inmigrante es especialmente evidente en la agricultura, donde Tony DiMare señaló que su familia ha estado involucrada en la producción de tomates durante casi un siglo y depende casi exclusivamente de trabajadores inmigrantes para la cosecha manual. La mayoría proviene del programa federal de trabajadores temporales, ya que los estadounidenses no suelen estar interesados en realizar estas tareas.
El sector del cuidado a ancianos también se ve amenazado; los inmigrantes representan aproximadamente el 80% de esta fuerza laboral. Adam Lampert, director ejecutivo de una empresa dedicada al cuidado domiciliario en Texas, advirtió que las deportaciones podrían provocar inflación al aumentar los salarios necesarios para atraer a trabajadores no extranjeros.
En respuesta a estas preocupaciones, Shi anunció el lanzamiento de una campaña llamada «Asegurar nuestras fronteras», pero también proteger nuestra fuerza laboral, dirigida tanto a la Casa Blanca como al Congreso. La coalición aboga por una acción inmediata mediante reformas migratorias equilibradas y bipartidistas para mantener el liderazgo y competitividad global de Estados Unidos.
Además, durante su primer día en el cargo, Trump firmó varios decretos relacionados con la designación de cárteles como organizaciones terroristas extranjeras y declaró una emergencia nacional en la frontera entre Estados Unidos y México, así como medidas para poner fin a la ciudadanía por nacimiento.
Estas acciones reflejan un enfoque agresivo hacia la política migratoria y un intento por parte del gobierno federal para abordar lo que consideran problemas críticos relacionados con la seguridad nacional y la inmigración. TeleSur.
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