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AMPLIARFrancisco con los líderes mundiales del G7

El Papa clama por la paz y el G7 llama a la tregua olímpica

La bienvenida es cálida no solo por parte de la Primera Ministra italiana, Giorgia Meloni -"es un momento histórico, nunca agradeceré lo suficiente a Su Santidad por estar aquí"- sino por parte de todos los Grandes de la Tierra.

Sigue.

Los apretones de manos, los abrazos, los comentarios de sincera admiración. Pero el Papa llegó a Apulia para recoger compromisos activos por la paz: primero a través de esos diez encuentros bilaterales que mantuvo, pero también con ese llamamiento a una "sana política" que debe regir todos los procesos, incluida la inteligencia artificial.

Diez reuniones bilaterales en la larga jornada del Pontífice, empezando por la que mantuvo con el presidente estadounidense, Joe Biden. El Papa pidió inmediatamente la prohibición de las armas autónomas. Y no es ningún misterio que el primer uso masivo, como escribió L'Osservatore Romano estos últimos días, se esté produciendo en Gaza.

Francesco en el G7 en Borgo Egnazia afirmó que "ninguna máquina debería elegir jamás si quitar la vida a un ser humano".

En el discurso no mencionó a Gaza ni siquiera a Ucrania, pero llama a todos a asumir la responsabilidad de construir la paz: "Puede el mundo funcionar sin política? Puede encontrar un camino eficaz hacia la hermandad universal y la paz social sin una buena política? Nuestra respuesta a estos La última pregunta es: no! La política es necesaria!". 

Paz, derechos humanos, finanzas a escala humana. Estos son los temas que surgieron en los encuentros cara a cara entre el Papa Francisco y los jefes de Estado y de Gobierno.

Entre los primeros estuvo la cita con Volodimir Zelensky quien, al final del encuentro, dijo: "Discutimos la Fórmula de la Paz, el papel de la Santa Sede en el establecimiento de una paz justa y duradera y las expectativas para la cumbre sobre la paz global".

"Dios lo bendiga", fue el deseo del Papa al presidente ucraniano. Pero el tejido de la Santa Sede estuvo desparramado en muchas mesas. Mientras Francisco escuchaba las razones de Kiev y el cardenal Pietro Parolin se preparaba para viajar a Lucerna para participar en la Conferencia sobre la Paz para Ucrania, en Roma el Ministro de Asuntos Exteriores del Vaticano, monseñor Paul Richard Gallagher, estuvo en la embajada rusa ante la Santa Sede (donde hubo una recepción por el Día de Rusia) para asegurarse de que el Vaticano confirme sus informes.

El embajador ruso Ivan Soltanovsky afirmó, según informa la agencia TASS, que la Santa Sede sigue siendo uno de los pocos actores globales que favorecen la diplomacia, la paz y el diálogo basado en el respeto mutuo y la consideración de intereses. Y exaltó ese "pensar fuera de lo común" del Papa Francisco.

En Borgo Egnazia, otro actor importante en la escena internacional fue Narendra Modi, que acaba de ser reconfirmado como líder de la India. "Admiro su compromiso de servir a la gente y querer hacer del planeta un lugar mejor", comentó el líder, que renovó en las redes sociales su invitación al Papa a visitar su país.

Otra reunión clave fue con el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan. "Con Francisco en el G7 reafirmamos nuestro compromiso compartido por un mundo más unido y justo para las personas y el planeta. Trabajemos todos juntos para crear las condiciones para una paz duradera", afirmó el presidente francés, Emmanuel Macron, tras la reunión bilateral. Y luego esa atención a las finanzas con rostro humano: Kristalina Georgieva, directora general del Fondo Monetario Internacional, en la reunión quedó impresionada por su "mensaje a la paz, a la cooperación y a la atención a las personas necesitadas".

Al parecer, solo el acuerdo bilateral con el primer ministro canadiense, Justin Trudeau, tiene un impacto específico en las relaciones entre el país y la Santa Sede. Tras el proceso de reconciliación con las poblaciones indígenas, al que el Papa dedicó un viaje apostólico en 2022, Trudeau pidió hoy al Pontífice "devolver algunos artefactos indígenas" que se conservan en los Museos Vaticanos. ANSA