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AMPLIAREl candidato presidencial chileno José Antonio Kast (foto: ANSA)

Candidato Kast no quiere ser de ultraderecha

El candidato presidencial de Chile, José Antonio Kast, se molestó ayer con la prensa internacional porque lo define como de "extrema derecha".

   En un encuentro en la sede de su comando, el aspirante a La Moneda -que figura en todas las encuestas entre los dos primeros lugares para la primera vuelta del 21 de noviembre- defendió que "no soy de extrema derecha, qué tengo de extremo", encaró a los profesionales de la prensa.

    El representante de The Guardian le había preguntado que era muy difícil contactar con su equipo para entrevistarlo, ante lo cual Kast le dijo que se le hacía difícil porque él lo trataba como candidato de ultraderecha.

    Previamente se le había consultado si se sentía representado por el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, o el exgobernante de Estados Unidos, Donald Trump, a lo que respondió que "no hay ninguna comparación posible, se trata de liderazgos distintos porque los contextos son muy diferentes".

    Añadió que su foco es lo social, aunque en común tienen el combate a la delincuencia y el narcotráfico como lo ha hecho Brasil y la rebaja de impuestos, como Trump.

    No obstante, en la discusión sobre su definición, ANSA mencionó que su postura de construir una zanja en la frontera entre Chile y Bolivia fue algo muy fuerte que se comparó con el muro de Trump para detener la llegada de inmigrantes.

    Kast desvió el foco señalando que el objetivo era para parar el narcotráfico, pero se le indicó que es la misma puerta de entrada de muchos inmigrantes que intentan llegar a Chile atravesando el desierto de Atacama, en condiciones climáticas extremas.

    El candidato se refirió también al alza que ha tenido su campaña en las expectativas presidenciales, luego que en mayo la derecha sufriera una cuádruple derrota en la mega elección de convencionales constituyentes, gobernadores, alcaldes y concejales. A su juicio, su crecimiento tiene que ver con que "las personas se cansaron de la violencia" . vieron que "no hubo cambios". "Se les prometieron soluciones inmediatas y no cumplieron, eso provocó que la gente dé un giro", afirmó.

    Dijo que no desconoce los problemas reales, como el agua, las jubilaciones que otorga el sistema privado de Administradoras de Fondos Previsionales, el cambio climático, las energías renovables.

    Tanto en el comando como en el propio candidato había mucha cautela frente a los resultados del 21 de noviembre. Se esperaba un ambiente exultante por el alza que ha tenido en seis meses.

    Pero el exdiputado de la Unión Demócrata Independiente (UDI) le restó validez a los sondeos y dijo que la única encuesta decisiva es la del 21 de noviembre. No obstante, relevó el crecimiento porque "hace cuatro años no existíamos", pese a que en la primera vuelta presidencial de 2017 obtuvo un 7,93% de los votos.

    En materia internacional fue crítico del gobierno del presidente Alberto Fernández por no reconocer que tiene un problema grave de terrorismo en materia indígena mapuche.

    "Nosotros -afirmó- tenemos un problema grave de terrorismo que se une a problemas de narcotráfico y robo de madera que se mezcla con reivindicaciones de tierras".

    Kast fue claro también que hay que tener una buena relación con los países vecinos -Perú, Bolivia y Argentina- pero mencionó que con Buenos Aires hay un tema pendiente "de deslinde en Campos de Hielos Sur".

    Sobre la plataforma continental señalo que eso está sorteado pues "es de Chile".

    Sin embargo, rescató que "podemos ser un buen socio comercial con Argentina y ser una buena puerta de entrada de sus productos hacia Asia- Además, podemos exportarles energía, como antes ellos lo hicieron a nosotros con el gas natural, pero esperamos nunca cerrar la venta de energía como ellos lo hicieron".

    Consultado por qué no califica de dictadura al gobierno de Augusto Pinochet (1973-1990), respondió que, a diferencia de Cuba, Venezuela y Nicaragua, en Chile hubo un cronograma para entregar el poder.

    En cuanto a su relación con la Convención Constitucional que redacta una nueva Carta Fundamental, aseguró que "ellos tienen todo el respeto para ejercer sus funciones. Nosotros nos vamos a regir por lo que dice la Ley".

    Meses antes había señalado que él se jugaría por el rechazo de la nueva Carta en el plebiscito de salida, hoy atenuó su pronunciamiento al señalar que "nosotros somos los más interesados en que se cierre el capítulo de la incertidumbre. Si hay un buen texto se apoyará, pero sino no es así hay un mecanismo para decidir". (ANSA).