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AMPLIARPara Bolsonaro la Corte violó la constitución

El agronegocio se divide sobre el apoyo a las marchas de Bolsonaro contra la Corte

El empresariado del agronegocio de Brasil se mostró dividido frente a la convocatoria para los actos contra el Supremo Tribunal Federal (Corte Suprema) que el presidente Jair Bolsonaro encabezará el 7 de setiembre, una manifestación que la oposición vincula a un golpe contra el máximo tribunal en momentos que investiga al jefe del Estado.

Sigue.

En tanto, el bolsonarismo ya cuenta con al menos 109 caravanas de todas las regiones del país listas para desembarcar el 7, feriado del Día de la Independencia, en Brasilia y San Pablo, dos ciudades donde se anunció que hablará el Presidente.

Las caravanas están organizadas en la 'deep web' (internet profunda), en Telegram y algunos grupos de WhatsApp por empresarios rurales, iglesias evangelistas extremistas y hasta cuenta con una vaquita de bitcoins para financiarla, patrocinada por un sobrino del ultraderechista jefe del Estado para llevar gente a las marchas.

Por un lado, las principales entidades agroexportadores se manifestaron contra "aventuras radicales", sin citar a Bolsonaro, y pidieron cuidar la imagen de Brasil ante el mundo.

Por el otro, grupos sojeros regionales forman parte del bolsonarismo más duro, como el presidente de la Asociación de Productores de Soja (Aprosoja), Antonio Galván, cuyo domicilio fue allanado por la Corte en la causa en la que se investiga la financiación de propaganda contra los poderes del Estado.

Este grupo está más vinculado al bloque ruralista que defiende el porte de armas en las haciendas que a la agenda de entidades del agronegocio que firmaron un documento despegándose de los actos del 7 de setiembre.

El texto de las entidades que se anticiparon para no verse vinculadas a las manifestaciones fue firmado por la Asociación Brasileña del Agronegocio (Abag), Asociación Brasileña de Industria de Aceites Vegetales (Abiove), Indusria de Arboles (Ibá) y el Sindicato Nacional da Industria de Produtos para a Defesa Vegetal (Sindiveg).

Estas agrupaciones, que concentran a las mayores industrias agrícolas, afirmaron estar en contra al afirmar que "el Estado democrático de derecho asegura la libertad emprendedora esencial en una economía capitalista".

"Brasil no puede presentarse ante la comunidad de naciones como una sociedad permanentemente tensionada en crisis interminables o en riesgo de retrocesos y rupturas institucionales", añadieron.

El texto fue publicado luego de que fracasara un intento de defensa de las instituciones convocado por los bancos privados y puesto en suspenso por el bolsonarista presidente de la Federación de Industrias de San Pablo (Fiesp), Paulo Skaf.

El edificio de la Fiesp será uno de los puntos álgidos de la manifestación en la Avenida Paulista donde hablará Bolsonaro el 7 de setiembre por la tarde, a 199 años de la declaración de la Independencia brasileña de Portugal.

Por otra parte, el ruralista de Aprosoja que organiza los eventos recibió el respaldo oficial del Palacio del Planalto. El 10 y 11 de agosto fue recibido como parte del 'Movimiento Verde Amarelo' por la Secretaría Especial de Articulación Social, con sede en la casa de Gobierno, comandada por la funcionaria Gabriele Araújo.

Principal motor económico del PBI de Brasil, el agronegocio y la minería tienen en Bolsonaro un aliado de su agenda.

El bloque ruralista en el Congreso es uno de los soportes del bolsonarismo y está en juego esta semana nada menos que una discusión en la corte para definir si se pueden reconocer más tierras indígenas de las ya demarcadas.

El mandatario sostuvo que si la corte falla a favor de los indígenas "se termina el agronegocio en el país".

Las otras patas de la organización de los actos tienen que ver con empresarios de distintos ramos, incluidos los pastores evangélicos neopentecostales como Silas Malafaia, que también funciona como asesor presidencial ad honorem.

"Vamos a las calles a favor de la libertad de expresión, del voto confiable, el único Supremo es el poder del pueblo y no una banda de jueces minoritarios. Será una demostración de que el brasileño ama a su país", dijo Malafaia.

El objetivo del bolsonarismo es apuntar contra jueces como Alexandre de Moraes del supremo tribunal, al cual el presidente presentó sin éxito un pedido de juicio político frenado por el Senado.

Bolsonaro está investigado por Moraes en una causa en la que están detenidos por apología de la violencia dos de sus principales aliados, el diputado Daniel Silveira y el exdiputado y presidente del Partido Laborista Brasileño (PTB) Roberto Jefferson.

Jefferson filmó un video pidiendo a la población invadir armados la corte y expulsar al embajador de China e Brasilia, mientras que SIlveira es famoso por romper una placa con el nombre de Marielle Franco, concejala negra y socialista asesinada por parapoliciales en Rio de Janeiro.

Bolsonaro sostiene que la corte violó la Constitución al cercenar la libertad de expresión, según la consigna oficial de la convocatoria.

Pero al mismo tiempo la oposición no se quedó de brazos cruzados y hará sus propias manifestaciones en varias ciudades, una de los cuales es el clásico Grito de los Excluidos, organizada por el Movimiento Sin Tierra (MST).

Según Folha de Sao Paulo, el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, favorito para derrotar a Bolsonaro en las elecciones de 2022, está siendo consultado para participar de actos y profundizar el discurso del Partido de los Trabajadores sobre que la opción actual es "fascismo versus democracia".