AMPLIARMatrimonio

14/07/2021 - Igualitario

Una sociedad inclusiva: la maternidad y paternidad en la diversidad

El 15 de julio se conmemora un nuevo aniversario de la sanción de la Ley de Matrimonio Igualitario, en 2011. La comunidad LGTBQ+ lleva décadas de lucha para garantizar el acceso a derechos universales. El derecho a una vida digna, el acceso al sistema educativo y de salud, son algunos de los reclamos históricos.

Pero también, como parte de los deseos que toda persona puede experimentar, la maternidad y paternidad debe ser una elección posible para la diversidad. Ciertos avances han hecho que el camino sea menos escarpado y la sociedad se vuelva cada vez más inclusiva: la Ley de Matrimonio Igualitario, en 2010, la de Identidad de Género, en 2012, y la Ley de cobertura y acceso a los tratamientos de reproducción médicamente asistida, en 2013, son tres herramientas que facilitan, a familias no tradicionales, la concreción del deseo de ser madre y ser padre.

“Como agentes de la salud, y por sobre todo agentes de salud en una clínica de reproducción humana asistida, tenemos la meta de favorecer la naturalización de los diferentes modelos familiares”, señaló la Lic. María Villamil, responsable de la Unidad de Apoyo Psicológico del Instituto Valenciano de Infertilidad (IVI) Buenos Aires. Según Villamil “lo fundamental en la crianza -más allá de cómo esté formada la familia- es el vínculo entre progenitores e hijos, la disponibilidad emocional de los adultos, y un contexto social apropiado para el desarrollo psíquico de los chicos”.

En la Ciudad de Buenos Aires se han celebrado, entre 2010 -cuando se sancionó la Ley, y 2018, más de 4 mil matrimonios entre parejas homosexuales. Para muchas parejas el casamiento representó un puente para poder lograr otro deseo: el de ser madres y padres.

Para las parejas de mujeres existen distintas posibilidades al momento de acceder a un tratamiento de reproducción asistida: la inseminación artificial, la fecundación in vitro (FIV), y una tercera alternativa llamada Método ROPA (recepción de ovocitos de la pareja), en la que ambas madres participan de la concepción. 

“El tratamiento consiste en extraer y fecundar los óvulos de una de ellas, recurriendo al banco de semen, e implantar el embrión obtenido en el útero de su pareja”, explicó Fernando Neuspiller, director de IVI Buenos Aires, y aclaró que “si bien se trata de una FIV, suele ser una opción más atractiva porque las dos mujeres participan en todo el proceso activamente”. Por su parte, las parejas de hombres quedan destinadas a la adopción, o bien al método de gestación por sustitución, que no está legislado en nuestro país.

Paciencia y deseo, un fino equilibrio

Con el objetivo de acercar información a aquellas parejas de mujeres que desean ser madres, IVI editó la Guía digital Mamás2, disponible para descargar de forma gratuita. “Cada una en su vida tenía su decisión tomada sobre que quería ser madre, Silvana iba más por el camino de la adopción y yo pensaba más en el modelo tradicional de familia”, relata Cecilia, pareja de Silvana y madre de Juan Cruz. Después de pasar por ocho intentos de inseminación artificial y dos intentos de fecundación in vitro (FIV), llegaron a IVI, donde se les recomendó recurrir a la ovodonación. “La decisión no fue fácil, inclusive fuimos a terapia para evaluar la maternidad a través de este tratamiento. Pero nos decidimos, y al primer intento nos fue bárbaro y dio positivo”, cuenta Cecilia.

En este sentido, Villamil explica que “cuando hay que tomar decisiones es necesario que la pareja reflexione sobre qué información quiere compartir o no y con quién, y que las respuestas lleguen desde la confianza y seguridad en el proyecto de familia que quieren formar”. En cuanto a la experiencia de maternar, Cecilia añadió que, para ella, ser mamá “es cansador, pero es maravilloso y más cuando es algo tan deseado y esperado”.